Zero Motorcycles mira la futuro del carnet A2 con su electrizante gama 2017

Nos resistimos, pero todos sabemos que el futuro del motociclismo pasa por las motos eléctricas. Buena parte de la culpa también es de los fabricantes, que se resisten a incluir este tipo de modelos en sus catálogos, pero hay pequeñas compañías como los americanos de Zero Motorcycles que ya tienen una completa gama de monturas de cero emisiones.

Partiendo de dos bases diferentes, pero con diferentes baterías, niveles de equipamiento y modalidad, han sumado un total de seis motos distintas (sin contar las limitadas para el carnet A1/B). Desde naked hasta supermotard pasando por trail y camperas, los chicos de Zero Motorcycles demuestran a los grandes cómo ha de ser el futuro y, atención, ¡con cinco años de garantía ilimitada!

Los californianos de Zero Motorcycles no son unos novatos que hayan salido de la nada. Ellos fueron unos de los primeros en aventurarse en esto de las motos eléctricas y montar desde cero una compañía sólida y con mucho futuro. Tanto es así que han pasado de ofrecer unos primeros modelos que no eran más que cuasi-juguetes para niños grandes a motos capaces de rivalizar con la industria tradicional.

Mejorando sus componentes de forma constante, ahora la gama de Zero empieza a emparejarse tanto en prestaciones como en autonomía a los modelos que queman zumo de dinosaurio. Además, de cara a 2017 estrenan una nueva gama dispuesta a comerse el mundo y, de paso, dar pellizquitos a una parte de la cuota de mercado de los grandes fabricantes.

Zero FX y FXS

Empezamos por las más ligeras de la familia. La Zero FX es una moto trail en el más estricto sentido de la palabra, con suspensiones de largo recorrido y llantas de radios para calzar neumáticos en medidas camperas. Incluso, la marca ofrece la opción de cambiar la correa de transmisión de serie por una cadena reforzada para aguantar el duro trabajo del campo.

Sobre esta FX que calza Pirelli Scorpion, la Zero FXS pega un buen cambio y se presenta como la más desenfadada de toda la gama ofreciendo un concepto supermotard eléctrico que tiene pinta de ser de lo más divertido que te puedas encontrar sobre dos ruedas. En la FXS los recorridos de la suspensión se acortan y endurecen, las llantas siguen siendo de radios pero ahora en medidas 3,00×17″ y 3,50×17″ delante y detrás con gomas Pirelli Diablo Rosso II y las geometrías cambian para un comportamiento más radical.

Quizá no destaquen por una elevadísima potencia con sus 44 cv, aunque serán más que suficientes para divertirse con su ligereza, pero los 106 Nm constantes de par motor harán que tengamos caballitos asegurados casi en cualquier momento.

Ambas pueden equipar el pack de baterías de 3,3 kWh o el de 6,5 kWh, en función de cuál elijas tendrás una mayor o menor, pero destacando los 132 km de la FX y los 145 km de la FXS en conducción mixta, bastante parejos a los de una moto convencional de características similares. Los tiempos de carga son de nueve horas con un enchufe convencional desde el 0% de capacidad hasta el 100%, o de 1,7 horas si utilizamos cargadores especiales.

Sus pesos también son los mejores del grupo. Habiendo renunciado a la autonomía se tenía que notar por otro sitio, así que la reducción de la capacidad en sus celdas de iones de litio paran la báscula en 132 y 145 kg respectivamente.

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Zero S y SR

Los cuatro modelos restantes siguen empleando el mismo bastidor fabricado en aluminio que tienen las FX y FXS, pero sus conceptos cambian totalmente. La Zero S recibe este escueto nombre por su concepción streetfighter, y la Zero SR indica que es una S con un comportamiento más visceral, más potente.

El modelo S ofrece ya unos buenos 60 cv y 110 Nm de par motor procedentes del mismo motor Z-Force de imán interior permanente, mientras que en la SR la potencia se eleva hasta los 69 cv y unos muy brutos 146 Nm. No harán ruido ni exhalarán humo por el escape, pero sus aceleraciones pueden sacar los colores de muchas deportivas.

Para estos modelos con unas baterías de 11,4 kWh la autonomía va desde los 259 km en recorridos por ciudad hasta los 130 km por autovía a una velocidad constante de 113 km/h. La contra nos la encontramos en el peso, con 185 kg para la S y 188 kg para la SR, aunque en realidad tampoco es demasiado y no se aleja demasiado de una moto tradicional de las mismas prestaciones.

Presidida por un faro delantero de Yamaha MT-03, la estética no tiene mucho que envidiar a las motos convencionales. Su compacidad es estrechez hacen que el conjunto sea esbelto y perfecto para ser conducido para los usuarios del carnet A2.

La mayoría de los componentes mecánicos y de la parte ciclo van pintados en negro, recibiendo pintura sólo en el falso depósito, el guardabarros delantero y el colín. Por cierto, que hablando del falso depósito, esconde una pequeña guantera y si optamos por la versión básica (sin batería ampliada) encontraremos otra en la zona del motor.

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Zero DS y DSR

Por último nos encontramos con las versiones camperizadas del modelo streetfighter. Las Zero DS y DSR emplean los mismos bastidores, motores y baterías, calcando las cifras de potencia, pero recibiendo unos cambios que las convierten en motos muy aptas para su uso trail.

Las suspensiones estiran sus recorridos hasta 178 mm en la horquilla invertida Showa de 41 mm y 179 mm para el monoamortiguador trasero del mismo fabricante, y en las llantas (también de aleación) la delantera de 17″ se sustituye por una en medida 19″ con neumáticos mixtos Pirelli MT-60.

El resto de cambios son mínimos, con un guardabarros elevado y extendido que sustituye al de carretera y un par de kilogramos más arrojados sobre la báscula. Por lo demás son casi idénticas, a excepción de una ligera variación en la autonomía.

Como curiosidad, todos los modelos de Zero Motorcycles vienen equipados con frenos firmados por la empresa española J.Juan y montan el popular y efectivo sistema de ABS Bosch de novena generación.

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El futuro de las motos está llegando, sin hacer mucho ruido

Para no tener que estar haciendo visitas al concesionario cada vez que haya una actualización del software, Zero Motorcycles también ha desarrollado una aplicación para el smartphone similar a las que utilizan algunos fabricantes de coches para descargar automáticamente actualizaciones desde la nube.

Lo bueno, es que pese a ser una tecnología en desarrollo, una batería y un motor eléctrico implican un número mucho menor de piezas mecánicas susceptibles de desgastarse, por lo que las revisiones son irrisorias, los recambios se cuentan con los dedos de una mano y la vida útil con un mantenimiento mínimo es casi inconcebible para un motor de combustión.

Y por último pero no menos importante, está el precio de adquisición. Poco a poco los californianos han ido amortizando sus desarrollos y apretándose el cinturón para conseguir acercar el precio al del público general. La FX parte de 12.390 euros y las SR y DSR son las más caras con 18.590 euros. El Power Tank añade 3.045 euros a la factura y entre 33 y 65 km de autonomía (dependiendo del uso).

Sí, aún pueden duplicar el precio de motos de toda la vida con características similares, pero no están tan lejos y lo que te ofrecen a cambio no es otra cosa más que un paso hacia el futuro. ¡Bien por Zero Motorcycles!